PRINCESAS
—Yo no quiero ser una princesa, y no entiendo por qué otras niñas quieren serlo. Las princesas siempre están tristes y tienen problemas, y siempre hay que salvarlas.
—Comprendo —digo mientras observó cómo ella pinta con pinturas de cera: azul para el cielo, verde el suelo, una figura en el centro hecha de naranja, marrón y rosa...
—A veces las princesas se casan con monstruos pensando que son príncipes y ya nadie puede salvarlas —dice mientras examina su dibujo—. Yo no me casaré nunca.
Pinta una segunda figura junto a la primera, aunque esta vez solo usa la cera negra. El resultado es extrañamente siniestro.
—Cariño, ¿Entiendes por qué estás aquí? ¿Sabes lo que ha pasado? —Pregunto, preocupada.
Ella coge entonces la cera roja y comienza a rayar el papel, primero despacio, poco a poco más rápido, más fuerte, casi con desesperación, hasta que toda la hoja queda tintada de carmesí.
—Mamá me dijo que siempre estaríamos juntas —contesta finalmente. Su mirada profunda y desolada se clava en la mía—. ¿Por qué se ha ido sin mí?
Me ha puesto la piel de gallina! pocas palabras y muy muy intensas.
ResponderEliminarSiempre me ha parecido un tema tan triste y que no solo las mujeres si no tantos niños sufren. Ojalá llegue el día en que todo esto termine.
Ojala, como dices, algún día termine esta locura. Gracias por comentar
EliminarTambién me ha puesto la piel de gallina. Doloroso y conmovedor. De muchas formas creo que tiene razón en no querer ser princesa, en muchas formas ninguna debería querer serlo y ser salvada, sino salvarse a sí misma para no perderse en (o por) un otro.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, y estoy de acuerdo, nadie debe dejar su vida en manos de nadie salvo de si mismo
EliminarEs estremecedor como se puede decir tanto en tan poco. No somos princesas y no necesitamos ser salvadas; lo que necesitamos es que no nos agredan ni nos maten para empezar y a partir de ahí ir construyendo en igualdad. Besos!
ResponderEliminarLa magia de los relatos breves es decir mucho con poco, y si es breve puedes transmitir este importante mensaje a más gente. Gracias por leer
EliminarSe me han puesto los vellos de punta. Me ha encantado este texto Puesto que desgraciadamente refleja la triste realidad que viven muchos niños y niñas. Niños azotados por la violencia de género que quedarán marcados de por vidas y a los cuales por lo general han sido sus propios padres los que les han arrebatado la dulce infancia. Ojalá esto acabe pronto y los culpables cumplan sus condenas integramente.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, esta es una realidad que quería mostrar, la de los niños que sufren por esta lacra
EliminarJolines como mueve la fibra este relato, se me removió todo, en unas cuantas palabras esta todo dicho, pero en algo estoy en desacuerdo, en que las princesas se casan con monstruo pensando que son principes y ya nadie puede salvarlas, si que se puede salvar, se que es el camino no será fácil pero sí que se puede, te lo dice alguien que lo vivió en carne y que eso es un feo recuerdo que deje atrás hace 15 años, por mis ovarios supe salir de ese abismo. Primero pensé en mi hijo y tome la decisión correcta, se que el relato lo cuenta una niña que acababa de perder a su madre.
ResponderEliminarHola guapa. Me ha encantado el texto, se me han puesto los vellos de punta y me ha dejado un sabor agridulce. Son muchos los niñ@s que sufren y viven violencia de género en sus vidas, espero que esto algún día termine.
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